Lázaro, ven fuera! Pensamientos de la resurrección

Lázaro, ven fuera! Pensamientos de la resurrección April 23, 2017

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En su camino a Jerusalén para celebrar la Pascua por última vez antes de su muerte, Jesús se detuvo en el pequeño pueblo de Betania a unos tres kilómetros al este de Jerusalén para visitar a su buen amigo Lázaro y sus hermanas Marta y María.

Jesús encontró a su amigo Lázaro muerto. Lloró desconsolado, pero inmediatamente fue a la tumba del muerto y lo hizo alzar. Los fariseos y escribas que presenciaron este acto partieron rápidamente hacia Jerusalén para contar lo visto a los sumos sacerdotes y otros fariseos. San Juan escribe en su evangelio que desde ese día las autoridades religiosas conspiraron para ejecutar a Jesús. El costo de alzar a Lázaro de entre los muertos fue la muerte misma de Jesús. Jesús dio su vida para que Lázaro pueda tener vida nueva. Una hermosa iglesia en al-Eizariya marca hoy el punto donde esto ocurrió, lugar donde se visita la supuesta tumba de Lázaro.  Llegar a este sitio de peregrinaje sin embargo es difícil puesto que un muro de separación impide el acceso directo a él desde Jerusalén.

Así como Lázaro de una manera real y concreta, también cada uno de nosotros recibimos nueva vida de la muerte de Cristo. Jesús es la semilla que cae sobre la tierra y muere para así hacer surgir nueva vida. Este es el misterio recordado por todo cristiano durante la Semana Santa. Es el misterio del sacramento del bautismo donde en las aguas morimos con Cristo para luego vivir con él eternamente. Este es el misterio de nuestra experiencia diaria – que después de la muerte surge la vida. La muerte de muchas plantas en invierno es seguida por nueva vida en la primavera. Podar un arbusto le permite crecer con nuevas fuerzas.

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Ingreso a la tumba de Lazaro en Betania

Me parece que nos hemos vuelto algo indiferentes al hecho de que Jesús murió y resucitó de la muerte, y que aún continúa viviendo. Nos hemos olvidado colectivamente que las personas muertas no suelen volver a la vida.  Muchos han perdido la maravilla de la resurrección.

En un mundo moderno donde la ciencia puede hacer cosas asombrosas, incluso revivir a una persona, debemos recordar que Jesús no solo resucitó por sí mismo, sino que su cuerpo fue transformado. Su cuerpo glorificado podía viajar grandes distancias y también podía pasar a través de puertas cerradas, sin embargo, no era un fantasma porque comía y tenía las heridas de la crucifixión. Jesús vive y no morirá jamás, y por medio del bautismo, comparte con nosotros este privilegio de vida eterna.

Jesús promete abrir nuestras tumbas y alzarnos de ellas.  Al iniciar la Semana Santa, seguida por el tiempo de Pascua, este es un momento oportuno para recordar que en un día futuro cada uno de nosotros se levantará de la tumba y que nuestros cuerpos y almas se reunificarán para la eternidad. Los cementerios serán lugares bulliciosos al final de los tiempos cuando Cristo retorne a cumplir su promesa de vida eterna con él a aquellos que han permanecido fieles.  Esperemos ser contados entre los fieles.

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Iglesia de Lazaro en Betania. Foto superior: Bajada hacia la tumba de Lazaro

Pictures are mine, all rights reserved.  2015, Palestine.

 


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