¿En que lugar llegas a tener un encuentro con Dios? ¿En que momento de tu rutina diaria encuentras la presencia de Dios?
Algunos encuentran a Dios a través de la belleza de la naturaleza al admirar montañas majestuosas o un tranquilo atardecer. Otros encuentran a Dios al contemplar con gratitud las maravillas de la creación o el misterio de la vida. Como católicos, tenemos un encuentro definitivo con Dios en la eucaristía, donde nos reunimos a escuchar su Palabra y a recibir el cuerpo y sangre de Jesucristo.
La manera en la cual ocurre un encuentro con Dios varía de persona en persona, y este encuentro depende mucho de nuestra disposición y preparación. Dios quiere ser encontrado, es nuestro deber buscarlo. Dios no esta jugando a las escondidas, El siempre está entre nosotros, pero nosotros debemos ir a su encuentro. Este proceso se puede comparar con un radio. Las ondas de radio son invisibles, no las vemos, pero sabemos que están presentes. Necesitamos un radio sintonizado a la frecuencia correcta para escuchar el mensaje. De una manera similar, debemos sintonizar nuestras mentes y corazones a Dios para escuchar su voz.
Ciertas personas piensan que un encuentro con Dios requiere visiones supernaturales, rayos, truenos, nubes que se parten y una voz fuerte del cielo. Dios normalmente no se manifiesta a través de grandes signos y visiones, pero a través de lo ordinario de la vida.
En el Antiguo Testamento, Elías buscaba a Dios en la montaña, en el viento, en el terremoto y en el fuego, pero lo encontró en el murmullo de la suave brisa. Dios nos habla en los murmullos de la vida diaria, incluyendo los deberes pequeños que hacemos todos los días por amor a El, a nuestras familias y a los demás. Dios nos habla en murmullos especialmente cuando necesitamos un guía y una luz al enfrentar dificultades.
Dios siempre está mas cerca de lo que parece y un encuentro con El está siempre mas cerca de lo que pensamos. Hay que buscar al Señor, buscarlo en los momentos ordinarios de la rutina diaria y las palabras del libro del Deuteronomio se harán una realidad, “Buscarás al Señor, tu Dios, y lo hallarás con todo tu corazón y con toda tu alma. En los postreros días, volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz.”
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