Francisco sobre la Vocación Sacerdotal

Francisco sobre la Vocación Sacerdotal November 4, 2014

Hace unos días el obispo de San Bernardo, Chile le preguntó al Papa Francisco, “¿qué le diría usted a un joven que siente la vocación en este momento a la vida sacerdotal o a la vida religiosa?”  La respuesta fue simple, “que se deje mirar por Jesús, porque el que lo llama no es el cura ni el obispo ni el papa.  Es Jesús el que lo está mirando con cariño, le demuestra la gente, demuestra la necesidad del pueblo de Dios y le dice, ‘si quieres ayuda.’”

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Luego de su pregunta inicial, el obispo continuó, “¿y qué le diría a un joven que sintiendo la vocación, se niega o le cuesta dar el paso, tiene miedos?”  Francisco mencionó al joven rico que tenía todas las virtudes necesarias pero se marchó dejando a Jesús triste. “Yo le diría,” continuó el Santo Padre, “mira, si no lo sigues, eres libre, pero mira la tristeza que provocas en el corazón del Señor y la tristeza que provocas en tantos corazones que no van a poder solucionar sus problemas porque les va a falta un sacerdote.”  Hablando con franqueza, terminó sus palabras diciendo que quien tiene miedo “que se anime, que no sea tonto; el Señor cuando agarra de la mano, nunca deja solo.”

Estas palabras nos llegan a tiempo para la celebración de la Semana Nacional de las Vocaciones la próxima semana.  Esta es una celebración anual en la iglesia de los Estados Unidos dedicada a la promoción de las vocaciones al sacerdocio, diaconado y la vida consagrada.

Así como lo expresó el Papa Francisco en sus palabras, la vocación de sacerdote, diácono o religioso(a) es una respuesta a una invitación concreta por parte de Jesús. La misma palabra vocación proviene de la palabra en latín vocare, que significa “llamar.”  Todo bautizado está llamado por Jesús a seguirlo en una manera concreta, y aquellos que son llamados al sacerdocio, diaconado y vida religiosa son llamados a una vida particular de servicio en la iglesia.

El Concilio Vaticano II subrayó que el deber de fomentar las vocaciones al sacerdocio cae en toda la comunidad cristiana, la mayor aportación por parte de familias que viven su fe cristiana. El Decreto Sobre la Formación Sacerdotal describe a la familia como el “primer seminario” ya que allí los hijos aprenden la fe, la caridad y la piedad. Las familias cristianas donde los niños experimentan el amor de Dios son terreno fértil para las vocaciones al sacerdocio. Por supuesto que las parroquias, los sacerdotes y obispos hacen mucho para fomentar las vocaciones al sacerdocio, sin embargo, el discipulado inicia en casa.

Esta próxima semana nos presta un tiempo de reflexión donde la Iglesia invita a todo católico a orar por las vocaciones al sacerdocio, diaconado y vida religiosa. Es una semana para educar a otros sobre la importancia de estas vocaciones en la vida de la iglesia y más importante aún, esta semana nos otorga una oportunidad para reflexionar sobre nuestra propia vocación mediante el fortalecimiento de nuestra relación con Cristo.

Jesús no deja de llamar a sacerdotes, diáconos y religiosos(as) para su iglesia. ¿Podría estar llamándote a ti?


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