La hospitalidad cristiana no trata de solamente ser agradable hacia los demás, cualquiera puede ser agradable: incluso los malvados pueden ser agradables los unos a los otros. La hospitalidad cristiana se basa en el reconocimiento de Cristo en el prójimo, así como San Benito escribió en la regla de vida para sus monjes: “que todos los huéspedes que lleguen sean recibidos como Cristo, ya que Él va a decir, ‘vine como un invitado y fui recibido.’”
La hospitalidad cristiana es venerar, adorar y servir a Cristo así como lo hizo María, la hermana de Marta, a los pies de Jesús. La hospitalidad cristiana requiere un corazón generoso. A lo largo de los siglos la iglesia ha sido hospitalaria porque esta es una parte integral de su misión. Los cristianos están llamados a reconocer a Cristo en los necesitados, especialmente los enfermos, los hambrientos, los ancianos, el forastero y los encarcelados.
Durante los inicios de la iglesia, muchos romanos fueron atraídos a ella por el cuidado que esta prestaba a los pobres, las viudas y huérfanos, los miembros más vulnerables de la sociedad romana. El emperador Juliano llamado “el Apostata” durante el cuarto siglo incluso instituyó un sistema de beneficencia imperial para evitar más conversiones a la iglesia. Juliano escribió: “esos impíos galileos (es decir, los cristianos) alimentan no sólo sus propios pobres, sino también a los nuestros; dándoles la bienvenida en sus comidas, ellos los atraen así como niños son atraídos con pasteles.”
El conocido autor inglés C.S. Lewis escribió que, “después del Santísimo Sacramento mismo, el prójimo es el objeto más sagrado que puede ser presentado a nuestros sentidos.”
La iglesia siempre ha extendido hospitalidad y continúa haciéndolo. La iglesia continúa extendiendo hospitalidad con un corazón generoso cuando va al encuentro del prójimo. La iglesia continúa apoyando todo esfuerzo en la sociedad que ayuda al pobre y necesitado.
En el año 2013, el Arzobispo Silvano Tomasi informó al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de que la iglesia dirige 547 leprosarios en el mundo, 18.179 dispensarios médicos, 34.331 centros de rehabilitación social y 5.305 hospitales (de los cuales 639 están en los Estados Unidos). La iglesia católica también opera 17.223 hogares para ancianos, 9.882 orfelinatos e innumerables comedores populares y tiendas de beneficencia. También señaló que la iglesia educa a más 60 millones de estudiantes en sus escuelas y universidades.
Catholic Charities USA está catalogada como la institución caritativa número quince de los Estados Unidos por Forbes, basado en su alcance y ayuda otorgada, precedida por otras grandes instituciones como United Way, Salvation Army y Goodwill.
Como cristianos debemos ser conscientes de que nuestra fe no se limita a las paredes de un edificio. Nuestra fe se extiende hacia el exterior de lo que ocurre dentro del templo. Nuestra fe irradia desde el reconocimiento de Cristo en la Eucaristía y nos mueve a reconocer a Cristo en el prójimo. Nadia sería capaz de pisotear la Eucaristía… pero tan a menudo pisoteamos a Cristo presente en el prójimo a través de nuestra indiferencia, celo, envidia, dureza y chisme.
En toda expresión de hospitalidad hacia el prójimo nos unimos a Abraham quien extendió hospitalidad a tres hombres desconocidos, y nos unimos a María quien permaneció sentada a los pies de Jesús. La hospitalidad cristiana no es simplemente el ser agradable hacia los demas, sino un mandamiento de Cristo quien nos enseña a amar a nuestro prójimo así como Él nos ha amado.
Las fotos son mias, con derechos reservados, 2016.
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