Encuentro de amor y dignidad

Encuentro de amor y dignidad June 3, 2017

vistation

Mi mamá siempre me dice que donde quiera que vaya me encuentro con personas conocidas.  Viajando por la diócesis con nuestro Obispo Monseñor Hartmayer, a menudo veo caras conocidas en lugares inesperados. Durante estas últimas dos semanas me encontré un una pareja de Warner Robins asistiendo a Misa en Americus y a un joven de Savannah en Macon. Hace algunos meses me encontré con una familia de Swainsboro mientras comía en el Chick-fil-a de Statesboro. Minutos antes de empezar una Misa en Savannah, un señor entró a la sacristía buscando al sacerdote y lo reconocí inmediatamente aunque no lo había visto hace doce años. Lo saludé por su nombre y quedó sorprendido. “¿Nos conocemos?” preguntó con curiosidad. “Sí”, contesté. “Fui su estudiante en la universidad”.

A diario nuestras vidas se cruzan con las vidas de muchas otras personas. Por supuesto la intensidad de estos encuentros varían, sin embargo, hay algo constante: siempre ocurre un intercambio de palabras y gestos. Como seres humanos necesitamos al prójimo para vivir plenamente. Muchas veces nuestras palabras o acciones tienen un impacto duradero en otros, incluyendo personas desconocidas con quien interactuamos solo una vez. Idealmente el impacto del encuentro es positivo, pero también puede tener el impacto opuesto.

Recuerdo ayudar en una parroquia después de que al párroco se le presentó una emergencia.  Durante mi estadía fui testigo del matrimonio de una pareja joven la cual nunca había visto antes y pensaba que nunca volvería a ver. Tres años más tarde un feligrés me llevó a bendecir varias casas ubicadas fuera de los límites de mi parroquia y al entrar a una de las casas mis ojos se fijaron en una gigante foto de matrimonio en el cuarto principal.  Sabiendo ya la respuesta a mi pregunta porque reconocí la iglesia, les pregunté donde se habían casado. Su respuesta me sorprendió, “Padre, usted debe saber, si usted nos casó.” Quedamos felices de tener la oportunidad de compartir una cena tres años después de su matrimonio.

Algunos invocan el dicho “lo que se siembra se cosecha” como razón para ser amable hacia los demás, pero como discípulos de Cristo esta razón no es suficiente.  Cuando nos encontramos ante el prójimo, lo tratamos con amor y dignidad no porque nos preocupamos por nuestro futuro, pero lo hacemos en respuesta a las difíciles instrucciones de Jesús “traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes” y “así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros”.  Mi profesor de la universidad me enseñó no para tener un sacerdote disponible doce años más tarde, pero más bien, él demostró gran amor y bondad hacia sus alumnos porque ese fue su llamado de Dios en ese preciso momento de su vida.

Enfatizando una “cultura de encuentro” desde el inicio de su pontificado, El Papa Francisco nos reta a crear un ambiente donde las personas se encuentran con amor y dignidad.  “Estamos acostumbrados a una cultura de la indiferencia y tenemos que trabajar y pedir la gracia de realizar una cultura del encuentro. De este encuentro fecundo, este encuentro que restituya a cada persona su propia dignidad de hijo de Dios…  si no hablo, no puedo hacer un encuentro y no puedo ayudar a hacer una cultura del encuentro.”

 

 


Browse Our Archives