Respondiendo al Mal

Respondiendo al Mal October 13, 2017

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San Pablo escribió en su Carta a los Romanos, “nunca paguen a nadie mal por mal… no se venguen ustedes mismos… no sean vencidos por el mal, sino venzan con el bien el mal”.  Estas palabras de San Pablo son difíciles de escuchar durante estos días mientras procesamos el horrendo evento ocurrido en Las Vegas este último 1º de octubre. Meditando sobre este pasaje bíblico, el sacerdote holandés Henri Nouwen una vez dijo que “estas palabras van directas al corazón de la vida espiritual. Marcan con claridad lo que significa optar por la vida, no la muerte, lo que es elegir bendiciones y no maldiciones. Pero esto que se pide de nosotros va en contra de nuestra naturaleza humana”.

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Nuestro contacto con tales expresiones del mal nos deja con el alma  perpleja. Un evento como la masacre en Las Vegas se convierte en una manifestación visual y visceral del mal, a pesar de que enfrentamos el mal y sus consecuencias en situaciones más comunes como desastres naturales, enfermedades, relaciones reñidas, adicciones, vicios, pecados y finalmente la muerte. Dar la otra mejía ante tal mal no parece apropiado, de lo contrario, es necesario responder de una manera concreta. El no hacer nada no es una opción. San Pablo felizmente nos da instrucciones claras, “venzan con el bien el mal”.

Jesucristo ya ha vencido el poder del mal, sin embargo la batalla continúa. Todo cristiano debe enfrentar el mal con gran confianza, sabiendo que a pesar de la actual lucha, Jesucristo ya tiene la victoria. La experiencia del mal fácilmente desalienta a cualquiera, sin embargo, Jesús nos dice en el evangelio de San Juan, “¡ánimo, yo he conquistado el mundo!” No debemos ignorar el mal ni considerarlo con un optimismo ingenuo que las cosas mejorarán pronto. Como cristianos enfrentamos el mal con confianza sabiendo que porque Cristo vive podemos afrontar mañana independientemente de las pruebas y dificultades que pueda traer. Cristo sana el desaliento y la amargura que el mal genera y nos llena con misericordia y esperanza.

Es fácil rebelarse y resentirse por la presencia del mal, pero Cristo nos llama a confiar en él y luchar por hacer el bien. Si quieres luchar contra el aborto, sé voluntario en un centro de ayuda a mujeres embarazadas, si quieres luchar contra el hambre sé voluntario en un comedor popular, y si quieres luchar contra el crimen, sé voluntario en un programa para jóvenes. Escribe a tus representantes en el Congreso, apoya organizaciones que hacen un buen trabajo en la comunidad y aporta a las conversaciones actuales con palabras edificantes y no con palabras divisivas.

Jesús venció el mal con la cruz y no con la espada. Aceptó su muerte en cruz sin maldición alguna, y su sufrimiento se transformó en vida y bendición. El Padre Henri Nouwen terminó su meditación sobre la Carta a los Romanos afirmando que la única manera de obedecer la instrucción de San Pablo es “sabiendo con todo nuestro ser que lo que se nos pide que hagamos por el prójimo es lo que Dios mismo ha hecho por nosotros”.  Así como Dios luchó contra el mal en el mundo con la bondad de su hijo, así también, luchamos contra el mal con la bondad de Cristo Jesús.

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