Llegando al Fin

Llegando al Fin

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Después de la ascensión de Jesús dos hombres vestidos de blanco aparecieron y dijeron a los discípulos, “¿qué hacen ahí mirando al cielo?  Este que les ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como lo han visto subir al cielo.” Estas palabras seguramente llenaron de esperanza a los pobres hombres – Jesús retornaría.

El retorno de Jesucristo ha fascinado a generaciones de cristianos, y ahora que el año litúrgico llega a su fin, las lecturas en la Misa apuntan hacia esta realidad. No hace mucho vi un cartel enorme en forma de cruz en Dudley, Georgia que decía: “Jesús viene pronto” en letras grandes y rojas. Especialmente en el sur de los Estados Unidos, el retorno de Jesús está muy presente en la predicación de varias iglesias. Muchos grupos religiosos de hoy en día fueron fundados en torno a la idea que el fin está muy cerca, algunos estableciendo una fecha exacta para el final. Han surgido numerosos malentendidos, incluso entre católicos, quienes no están seguros acerca de lo que la Iglesia enseña sobre el retorno de Cristo y el fin del mundo.

Creemos que Jesús retornará una sola vez en algún momento futuro. La Biblia enseña que su retorno será público y visible, no oculto, tal y como fue su ascensión. Será anunciado por una trompeta, estará acompañado por ángeles, y todo ojo le verá viniendo sobre las nubes con gran poder y gloria. Creemos que cuando esto suceda, el mundo terminará y el juicio final se llevará a cabo.

En ese momento, los muertos se levantarán de sus tumbas y recibirán cuerpos transformados.  Aquellos que están vivos no experimentarán la muerte, pero inmediatamente recibirán sus cuerpos inmortales y serán llevados (o arrebatados, como dice San Pablo) a la presencia de Jesús. Toda la raza humana estará congregada para el juicio final donde todo lo bueno y malo será revelado. Pasará la tierra y permanecerá un nuevo cielo y una nueva tierra. Esto lo resumimos cada domingo al recitar en el credo: “[Jesús] de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.”

La predicación de Jesús menciona el fin del mundo, especialmente por medio de parábolas. Recientemente escuchamos la parábola de las jóvenes provisoras y descuidadas. Unas estaban preparadas para la llegada del novio, y las otras no lo estaban. El maestro que dio talentos a sus empleados antes de partir de viaje regresó inesperadamente y examinó lo que cada trabajador había hecho con su dinero. Las enseñanzas de Jesús sobre este tema se pueden resumir con este pasaje: “si un dueño de casa supiera a que hora de la noche lo va a asaltar un ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto a su casa.  Por eso, estén también ustedes preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos esperan.” (Mateo 24, 43-44).

El fin del año litúrgico nos recuerda que todo llega a su fin, y que algo nuevo siempre surge. De la misma manera que Jesús ascendió, él volverá, y como iglesia seguimos esperando ese día llenos de esperanza. Así como los apóstoles vieron a Jesús subir al cielo, tal vez durante nuestras vidas tengamos la alegría de verlo regresar, pero si no es así, permanecemos vigilantes por medio de la manera que vivimos, especialmente participando en la eucaristía donde Cristo regresa entre nosotros como lo prometió.

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