Un comienzo en Cristo

Un comienzo en Cristo December 24, 2017

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Cada nuevo comienzo viene del final de algún otro comienzo.  Esta simple y a la vez profunda cita es atribuida al filósofo romano Seneca quien se vio obligado a poner fin a su propia vida por el emperador Nerón tras ser declarado culpable (aunque seguramente fue inocente) de conspirar contra la vida del emperador. Hoy en día, muchos reconocen esta misma cita en ingles por medio de una canción popular de la década de 1990 por la banda Semisonic.

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Pronto el 2017 llegará a su fin permitiendo que un nuevo año lleno de renovadas esperanzas y grandes sueños comience. Cosas buenas también deben llegar a un fin. A menudo queremos aferrarnos al pasado o al presente cuando las cosas iban bien, sin embargo, la vida nos propulsa hacia el futuro sin ninguna alternativa. Durante dieciocho años de mi vida esperé ansiosamente el nuevo milenio, y ahora ya han pasado dieciocho años del nuevo milenio. Después de una larga espera el tiempo ha pasado rápidamente y me parece ahora vivir en el futuro lejano. El aferrarse al pasado puede llegar a ser sofocante, y es posible perderse oportunidades o cambios valiosos. Nuestra renuencia a reconocer que las cosas llegan a su fin ya sea una relación, una vida, unas vacaciones, un hobby, un trabajo, o una casa, nos impide seguir adelante disfrutando de lo que Dios provee en el momento presente.

Cuando algo nuevo surge de lo que termina, lo nuevo no solamente reemplaza lo que fue en algún momento, pero más bien surge debido a lo que existió antes. El comenzar estudios universitarios no simplemente sustituye la secundaria, pero más bien ocurre a causa de lo que vino antes. Cuando muere un ser querido, no nos olvidemos de él o ella, pero más bien continuamos nuestras vidas de una manera diferente pues nuestro ser querido siempre deja una marca en nuestro ser.  Cuando momentos de la vida durante los cuales todo parece ir bien llegan a su fin y surgen dificultades, tenemos la habilidad de enfrentar los desafíos debido a las lecciones aprendidas y confianza adquirida durante los buenos tiempos. Todo llega a su fin y nuevas cosas siempre surgen, pero las habilidades que aprendemos y experiencias continúan, y principalmente Dios sigue presente a lo largo del camino.

Cuando algo bueno termina, existe la tentación de pensar que nada igual de bueno surgirá.  La vida es una aventura, y tenemos que estar dispuestos a vivir sin temor. Ciertamente las cosas cambian a lo largo de la vida, pero si resistimos los finales y los nuevos comienzos, nos cerramos en nosotros mismos y nos hacemos irrelevantes. El hombre sentado en el trono en el libro de Apocalipsis anuncia: “¡He aquí, yo hago todo nuevo!” Jesús está constantemente haciendo todas las cosas nuevas, causando renovación y conversión. Nuestra relación con él y nuestra vida espiritual consiste en un constante fin al pecado y una renovación de la vida de la gracia; un ciclo de conversión que perdura la vida entera. Innumerables almas han encontrado un nuevo comienzo en Cristo y han quedado muy agradecidas por el fin que condujo a una nueva vida.

Es bueno que cada nuevo comienzo viene del final de algún otro comienzo. Estas palabras del respetado filósofo Seneca podían ser repetidas Cristo colgado en la cruz y también surgiendo de la tumba vacía. Un final siempre trae un nuevo comienzo, y un fin es necesario para que haya un nuevo comienzo con promesa.  Es parte del misterio pascual, la muerte y resurrección de Cristo.


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