Estimados hermanos y hermanas de la Diócesis de Savannah,
¡Reciban la gracia y la paz de Jesucristo nuestro Señor resucitado!
Hace casi dos meses se suspendió la celebración pública de la Misa y se cerraron las iglesias de nuestra diócesis. Día tras día y domingo tras domingo, todos sentimos un gran dolor: los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas, y ustedes, el Pueblo de Dios. Seguimos celebrando la Santa Misa. Celebramos el Triduo Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo sin ustedes en las bancas. Durante este tiempo hemos podido ser solidarios con nuestros hermanos y hermanas por todo el mundo que no han tenido acceso al Santísimo Sacramento, a la Santa Misa y a los demás sacramentos con la frecuencia que solemos tenerlos. Los corazones de sus sacerdotes han sido conmovidos por la fe y el amor por Jesús en el Santísimo Sacramento que ustedes han demostrado. Sabíamos que su fe era fuerte. Sabíamos que creían con todo el corazón. Estos dos últimos meses han sido testigos de diversas expresiones de amor y de fe. Gracias por apoyarnos durante este tiempo que hicimos todo lo posible para brindarles la Santa Misa, y para fortalecer su fe con devociones y enseñanzas utilizando la tecnología disponible.
Después de consultar con el Colegio de Consultores, quisiera anunciar hoy que en la Diócesis de Savannah la suspensión de la celebración pública de la Santa Misa se levantará el próximo lunes 25 de mayo, mientras que la dispensa de la obligación de asistir a la Misa dominical permanecerá en vigor al menos hasta el 28 de junio, 2020. Las iglesias reabrirán según la discreción de cada párroco el lunes 25 de mayo, 2020 para la oración personal y la Misa diaria. Si algún párroco retrasa la reapertura de su parroquia, él debe contactar a esta oficina para que podamos ayudarle con su decisión. La primera Misa dominical a la que los fieles podrán ser readmitidos será el domingo de Pentecostés, 31 de mayo, 2020.
El retorno a nuestras parroquias para orar y adorar como comunidades de fe debe hacerse con prudencia, buen juicio y gradualidad. No deseamos abrir las iglesias a toda prisa, por lo tanto abriremos primero para las Misas diarias. Esto dará a los párrocos un modelo a seguir para las Misas dominicales.
Se le pedirá a cada párroco que desarrolle un plan de medidas y prácticas de seguridad para ayudar a garantizar que la parroquia sea segura. Nuestra Diócesis de Savannah es diversa y el impacto de esta pandemia ha afectado a ciertas partes más que a otras. Los planes desarrollados deben adaptarse a la realidad de cada parroquia. Pautas y mejores prácticas se enviarán a los párrocos a principios de la próxima semana para ayudarles a medida que desarrollen su plan. Junto con estos planes habrá una determinación sobre el horario de las oficinas parroquiales y el personal parroquial. También publicaremos estas pautas en nuestra página web. Cuando se desarrolle cada plan parroquial, el párroco comunicará el plan a través de todos los medios a su disposición – página web, boletín, redes sociales, etc.
Les recuerdo que si alguna persona está enferma, que esta no se acerque a la iglesia. Cualquier feligrés que se sienta incómodo de asistir a la Misa dominical debido al coronavirus o a las medidas de seguridad implementadas en su parroquia local, no tiene obligación de asistir a la Misa. Además, si algún parroquiano pertenece a alguna categoría de alto riesgo debido a enfermedad, edad o sufrimiento de alguna condición de salud crónica o deficiencia inmunológica, también se le pide que permanezca en casa. Sean conscientes del riesgo para sí mismos y para los demás en caso de asistir a la Misa.
Permanezcan en paz. San Pablo escribió a los filipenses: “No tengan ansiedad en absoluto, pero en todo, a través de la oración y la petición, con acción de gracias, den a conocer su petición a Dios. Entonces la paz de Dios que supera todo entendimiento protegerá sus corazones y mentes en Cristo Jesús.” Recuerden también lo que Santa Teresa de Ávila escribió: “Nada te turbe, nada te espante. Todo pasa. Dios no cambia. La paciencia todo lo alcanza”. Que nada te turbe. Dios tiene el control y nosotros somos sus hijos e hijas.
Al reabrir nuestras iglesias para congregarnos nuevamente para alabar a nuestro Señor, les pido paciencia con sus sacerdotes y líderes. En los últimos meses, sus sacerdotes han respondido muy bien dadas las circunstancias. Estoy orgulloso de la forma en que continuaron alimentando su fe, edificando a la comunidad y continuando la misión de la Iglesia de anunciar el evangelio de Jesucristo durante estos tiempos difíciles.
Continuamos a ofrecer nuestras oraciones por todos aquellos que están enfermos con este virus y por aquellos que trabajan en la profesión médica y luchan día tras día. ¡Que el Señor les conceda sanación y sabiduría!
Pedro de Corpa y Compañeros, ¡oren por nosotros!
San Juan Bautista, ¡ora por nosotros!
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, ¡ora por nosotros!
Que el Señor Jesús los bendiga a ustedes y a sus seres queridos y los proteja de todo mal. Con oraciones por cada uno de ustedes,
Sinceramente en Cristo,
Reverendísimo Daniel F. Firmin, J.C.L.
Administrador Diocesano
Diócesis de Savannah