¿Por qué buscan entre los muertos?

¿Por qué buscan entre los muertos? 2021-04-14T10:16:57-05:00

Recuerdo bien una mañana de Pascua temprano mientras estaba en el seminario montar mi bicicleta con un grupo de amigos hacia la hermosa iglesia que se encuentra en lo alto de la famosa Plaza de España de Roma. Los religiosos y religiosas asignados a Trinità dei Monti entonaron una alegre melodía en francés varias veces a lo largo de la liturgia pascual: Il est vraiment ressuscité: Pourquoi chercher parmi les morts? Il est vivant comme il l’a promis, ¡Aleluya! Traducido al español: El verdaderamente ha resucitado, ¿por qué buscan entre los muertos? El vive como lo ha prometido, ¡Aleluya! Esta melodía repetitiva ha quedado grabada en mi memoria, y cada tiempo de Pascua la escucho sin parar en mi mente.

Cuando las mujeres buscaron a Jesús en la tumba entre los muertos, un ángel les preguntó por qué miraban en el lugar equivocado. El tiempo Pascual nos recuerda que debemos buscar a Jesús en el lugar correcto. El no está muerto, pero vive, y porque vive, nuestros corazones están llenos de esperanza. Las mujeres abatidas llegaron al sepulcro listas para ungir el cuerpo del Señor, y se fueron alegres y esperanzadas. El mensaje del ángel también es para nosotros hoy: a veces las circunstancias de la vida se vuelven tan difíciles o dolorosas que olvidamos que Jesús no está en el sepulcro, sino que vive. Su resurrección da testimonio de la promesa de vida eterna para cada uno de los que creemos en él. Es fácil perderse en la oscuridad de la tumba; debemos ir a la luz donde se encuentra la gracia y la esperanza.

Cuando peregrinos visitan la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, se sorprenden al ver la corta distancia entre el lugar de la crucifixión y la tumba. La Biblia relata que cerca del Gólgota había un jardín con una tumba recién excavada, pero hasta que uno no ve estos lugares, no capta adecuadamente la proximidad. Los dos eventos son tan diferentes y evocan respuestas tan contrastantes que es difícil imaginar que ambos ocurrieron a pocos metros de distancia el uno del otro. La oscuridad y la luz nunca están lejos la una de la otra, y solo se necesita un segundo para pasar de una a la otra. “Soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”, dijo Jesús a los fariseos después de perdonar a la mujer sorprendida en adulterio. La luz de la Resurrección atraviesa toda la tiniebla del mundo, dejando indefenso al príncipe de las tinieblas.

El cuarto verso del canto que escuché en Trinità dei Monti dice: “Disipas la oscuridad de la muerte, abres las puertas de la vida. En ti se cumplen las promesas, se cantan canciones en la tierra ”. Los acontecimientos de hace muchos siglos han transformado el universo y resuenan a lo largo de la historia. La tumba aun permanece vacía, Jesús vive para siempre, la tiniebla ha sido vencida y todas las promesas se han cumplido. Por eso exclamamos “¡Aleluya!”


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