La semana pasada me senté durante algún tiempo frente al océano Atlántico durante una mañana fría y de mucho viento. Mis oídos se llenaron con el chisporroteo de vegetación seca detrás de mí, el golpear de las olas y el suave silbido del viento. Tenía frío. La luz del sol brillaba sobre el agua del mar, creando un camino hermoso uniendo la costa con el horizonte que se encontraba delante de mí sin interrupciones con excepción de un buque de... Read more