La semana pasada el Papa Francisco viajó a la ciudad de Cracovia en Polonia para unirse a cientos de miles de jóvenes reunidos para vivir su fe juntos. Provenientes de 187 países, los jóvenes representaron a casi todos los países del mundo. Catequesis se llevó a cabo para los peregrinos en treinta y tres idiomas. Numerosos cardenales, más de mil obispos y decenas de miles de sacerdotes y religiosos viajaron con sus feligreses para asistir este encuentro único de jóvenes que San Juan Pablo II inició en Roma en 1984, cuando convocó a los jóvenes el domingo de ramos. Este primer encuentro superó todas las expectativas cuando 250.000 jóvenes aceptaron la invitación del Papa y se reunieron para hacer oración. Esta es la segunda vez que la Jornada Mundial de la Juventud se lleva a cabo en Polonia, la primera fue en Czestochowa en 1991.
Un aniversario especial para la nación polaca coincide con esta gran reunión de jóvenes católicos en Cracovia. Hace 1050 años, el primer gobernante de Polonia, el Rey Miescko, aceptó el cristianismo para él y su pueblo. Durante su visita a Polonia, el Papa Francisco celebró una Misa en el Monasterio de Jasna Gora en Czestochowa para conmemorar este gran aniversario. En 1966, el Papa Pablo VI quiso visitar Jasna Gora, el corazón del catolicismo polaco, para celebrar el milenio del cristianismo en este país, pero el gobierno comunista prohibió su visita. La celebración en Jasna Gora igual ocurrió, pero se colocó una silla vacía en el santuario en desafío a las autoridades y simbolizando la ausencia del Papa. Al concluir la Misa el Papa Francisco, el Rector del Santuario de Nuestra Señora de Czestochowa hizo referencia a la silla vacía y la multitud de más de 300.000 fieles aplaudieron fuertemente.
También significativa fue la visita del Papa Francisco a Auschwitz. El Papa se convirtió en el tercer Santo Padre que visita este campo de concentración Nazi situado cerca de Cracovia. El Papa Francisco rezó, y se reunió con autoridades judías igual que con sobrevivientes del holocausto, incluyendo quince de Auschwitz. La fecha de su visita, el 29 de julio, fue significativa ya que esta fecha marca el aniversario que San Maximiliano Kolbe, un sacerdote polaco encarcelado en Auschwitz, ofreció valientemente tomar el lugar de un hombre que había sido seleccionado para morir. La celda donde el santo murió aun es marcada por flores y un cirio pascual.
El Papa Francisco apartó un poco de tiempo para visitar al Cardenal Macharski, el arzobispo jubilado de Cracovia quien se encuentra muy enfermo y en sus últimos días. También hizo una visita no programada a los padres de un joven polaco de Katowice quien suspendió sus estudios para ser un voluntario a tiempo completo de la Jornada Mundial de la Juventud. Durante el año de voluntariado, el joven se enfermó con cáncer y murió hace unas pocas semanas.
La alegría de la juventud era palpable, especialmente en la Vigilia donde 1.6 millones participaron y la Misa donde casi dos millones hicieron presencia. La Jornada Mundial de la Juventud estuvo llena de fe, esperanza y caridad, dando testimonio de que la iglesia católica es joven y pertinente. Las gracias recibidas por los participantes de esta jornada ahora serán derramadas por todo el mundo, alentando a millones de fieles católicos, afectando el curos de eventos y conduciendo más almas a Cristo Jesús.