Carta del corazón a todos los padres

Carta del corazón a todos los padres June 16, 2019

Queridos padres:

Te escribo desde el corazón. No porque sea perfecto o porque lo tengo todo resuelto. Sé lo difícil que es ser padre. Yo mismo soy padre de cinco hijos. Al igual que tú, estoy en este delicado pero extremadamente importante y hermosa misión llamada paternidad. He cometido muchos errores en el camino y trato de aprender de ellos. Me arrepiento de muchas cosas. Me doy cuenta de que siempre hay espacio para el crecimiento y la madurez. Estoy seguro de que hay áreas que todos deseamos cambiar.

Hoy me gustaría recordarte a ti y a mí mismo algunas cosas: nuestros hijos nos necesitan. Nos necesitan más de lo que podemos empezar a imaginar. Esto puede parecer obvio para algunos. Pero tal vez otros necesitan ser recordados. No es suficiente estar físicamente presente. Debemos estar allí en mente y alma, derramando nuestra energía y nuestro tiempo. Necesitamos ser intencionales. Nuestros hijos nos están mirando. No se engañan tan fácilmente. Ellos saben si estamos siendo genuinos o falsos. Si aún no lo han hecho, se darán cuenta tarde o temprano.

Pasar tiempo con nuestros hijos.

¿Cuánto tiempo estamos pasando con ellos? ¿Cuánto tiempo recreativo? ¿Qué tal el tiempo educativo? ¿Qué tipo de lecciones de vida les estamos enseñando? ¿Qué idioma estamos usando para enseñarles esas lecciones? ¿Es un lenguaje de amor y comprensión o está lleno de palabras hirientes y humillantes? ¿Los edificamos cuando hablamos o los derribamos? ¿Los escuchamos? ¿Cuánto estamos dispuestos a aprender de ellos? ¿Estamos orando por y con ellos? ¿Somos los líderes espirituales a los que estamos llamados a ser en casa? ¿Estamos listos para sentarnos con ellos y repasar todas las preguntas difíciles que plantean sobre la vida, la muerte y la vida futura? ¿Estamos listos para amarlos incluso cuando no cumplen con nuestras expectativas? ¿Incluso cuando eligen un camino diferente al que nosotros habríamos elegido para ellos?

No es suficiente

No es suficiente disciplinarlos. No es suficiente decirles qué hacer y cómo hacerlo. No es suficiente decir “haz lo que digo y no lo que hago”. Necesitan ser testigos. Seamos los héroes que nuestros hijos necesitan. No significa que tengamos que ser perfectos. Nadie lo es. Significa que aprendemos a reconocer cuando cometemos un error. Que tenemos lo que se necesita para decir “perdón” a nuestros hijos después de que les hagamos daño. Que les digamos cuánto los amamos a diario. Que se sientan seguros de sí mismos porque tienen un lugar en casa. Que pase lo que pase, siempre pueden regresar a casa. A nuestros niños no les interesa nuestra perfección, a ellos les interesa nuestra humanidad y humildad. Es humano amar, llorar, reír, errar y aprender de esos errores.

Padres que son esposos

Muchos matrimonios terminan en un divorcio. Las razones y los factores varían. Muchas veces es mejor divorciarse que continuar una relación tóxica que finalmente lastimará a los niños. A aquellos esposos que están en un matrimonio que aún puede ser rescatado pero que están infligiendo dolor a sus seres queridos gracias a sus acciones egoístas: ¡arrepiéntanse, pidan perdón y cambien! Si ya pasaste por un divorcio y sufres: que Dios te traiga sanación, paz y consuelo, y que te sostenga en sus brazos amorosos. Ten la seguridad que nunca es tarde para cambiar. Si sufres de alcoholismo, drogadicción, adicción a la pornografía o cualquier tipo de adicción: admite que tienes un problema y busca ayuda profesional y dirección espiritual. ¡No estas solo!

A aquellos padres que todavía creen que los hombres son superiores a todos los demás: ¡ya basta! Fuera el abuso, el machismo, la dureza de corazón. No estamos destinados a dominar a nuestras esposas e hijos. No son nuestros esclavos. Se supone que debemos amarlos y sacrificar nuestras vidas por ellos. Esto es el verdadero amor. Tal y como Cristo nos amó y dio su vida por nosotros. Esta es la actitud correcta de un padre. No se trata de ayudar a nuestras esposas con nuestros hijos o con las tareas domésticas; Ellos son nuestros hijos y es nuestra casa también. Tenemos la misma responsabilidad y la misma dignidad. Se trata de diálogo y colaboración. Somos un equipo. Debemos acordar en todo lo relacionado con la crianza de nuestros hijos, su educación y el bienestar general de la familia.

Oh, y esposos y padres: ¡la mejor manera de mostrarles a sus hijos que los aman es amando a su esposa con todo su corazón! ¿Quieres impactarlos de manera positiva pero revolucionaria? Dile a tu esposa que la amas a diario. Se dulce y romántico con ella. Trátala como a una reina y dile que es hermosa todos los días.

¡Seamos los esposos y padres que estamos destinados a ser!

Sabiduría bíblica

Para concluir, aquí hay algunos versículos de la Biblia que nos ayudan a meditar sobre el don de la paternidad:

“Padres, no hagan enojar a sus hijos, para que no se desanimen.” (Colosenses 3:21)

“El padre del hijo bueno y sabio tiene razón para estar feliz y orgulloso.” (Proverbios 23:24)

“Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará.” (Proverbios 22:6)

“Los hijos que nos nacen son ricas bendiciones del Señor. Los hijos que nos nacen en la juventud son como flechas en manos de un guerrero. ¡Feliz el hombre que tiene muchas flechas como ésas! No será avergonzado por sus enemigos cuando se defienda de ellos ante los jueces.” (Salmos 127:3-5)

“Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente como señales, y escríbelos también en los postes y en las puertas de tu casa.” (Deuteronomio 6:4-9)


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