He sido sacerdote solamente por dos miércoles de cenizas y ambos años me he conmovido con las palabras “recuerda, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás.” Estas palabras se convierten aun más conmovedoras al colocar cenizas en las frentes de los niños. Niños que aun tienen todas sus vidas por delante, pero que aun permanecen polvo que en polvo se convertirá.
Esta realidad es resaltada cada año en la liturgia de la Iglesia por una razón: para que nos convirtamos y creamos en el evangelio. Recordando que somos polvo y que al polvo regresaremos es una llamada para ir al encuentro de Cristo quien ha vencido la muerte. Nos invita a esperar en la promesa mas grande de la historia, la promesa de vida eterna para quienes creen en Jesús, comen su cuerpo y beben su sangre.
En la Roma antigua, un esclavo permanecía al lado de su general durante los grandes desfiles militares, diciéndole en voz baja: momento mori, recuerda que morirás. En manera parecida, por quinientos años, el maestro de ceremonias de la coronación Papal tres veces le anunciaba al nuevo Papa durante la procesión al quemar rápidamente una fibra de linaza: sic transit gloria mundi, así pasa la gloria del mundo.
Este es el mismo sentimiento que las cenizas deben evocar en nuestros corazones. Un sentimiento que nos impulsa a buscar a Dios al recordar nuestras muertes y al reconocer que el mundo es pasajero. Durante la cuaresma somos impulsados al arrepentimiento y a buscar el perdón de Dios. Somos impulsados a confiar y esperar en Jesucristo, en quien poseemos la vida eterna.
Misas en Sacred Heart este miercoles: 7am, 9am, 6pm, 8pm en español
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