La esposa entregada al Hijo

La esposa entregada al Hijo April 28, 2013

 

Hay un poema donde Dios Padre y Dios Hijo entablan una conversación.  Dios Padre le propone a su Hijo darle “una esposa que lo ame, que por tu valor merezca tener nuestra compañía, y comer pan a una mesa del mismo que yo comía.”

El hijo responde, “mucho lo agradezco, Padre, a la esposa que me dieres.  Yo mi claridad daría, para que por ella vea cuanto mi Padre valía.  Reclinarla yo en mi brazo, y en tu amor se abrasaría y con eterno deleite tu bondad sublimaría.”

Después que Dios Hijo acepta esta propuesta de Dios Padre de darle una esposa, Dios Padre crea el universo, “Hágase, pues, dijo el Padre, que tu amor lo merecía.”

Estas líneas del poema Romance sobre el Evangelio de San Juan de la Cruz capta con precisión la relación entre Jesucristo y la creación.  Jesús viene a nosotros sus creaturas como un novio a su novia. Viene con pasión intensa y un amor transformador, viene dispuesto a dar de sí mismo sin medida, y dispuesto a saciar nuestras ansias y necesidades.

A su vez, nosotros nos preparamos así como una novia se prepara para recibir al novio. De la manera que una novia entra en procesión hacia el novio el día de la boda, también estamos nosotros en una procesión o peregrinación hacia Jesús el novio. Aunque indignos, el novio mismo nos hace dignos lavándonos con su preciosa sangre. Es el amor de Cristo por su novia que nos transforma de pecadores a hijos de Dios. Cristo nos glorifica en el amor de Dios Padre y como escribe San Juan de la Cruz, somos abrasados con el eterno deleite y bondad sublimaría de Dios.

La imagen de esposos utilizada por San Juan de la Cruz para representar la relación entre Dios y la creación es muy antigua y bíblica.  Esta imagen permite relacionarnos más íntimamente al amor de Dios expresándolo en términos de la expresión más potente e intensa de amor en la tierra, el amor compartido entre marido y mujer.  Siendo la esposa de Cristo, la iglesia junto con toda la creación recibe con alegría al esposo, Dios Hijo, que unido a su esposa, verdaderamente se manifiesta entre nosotros.

[Foto: La Santisima Trinidad en la Iglesia del Gesu, Roma]
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