Hoy nuestro santo padre, el Papa Benedicto XVI, dio el ultimo Ángelus de su pontificado. Sus palabras nos recuerdan que “la oración no es aislarse del mundo y de sus contradicciones.” La vida contemplativa no niega a la vida cotidiana. En esta verdad se puede ver que el retiro de Benedicto XVI no es un retirarse de su ministerio, continua su vocación a solas, en oración y estudio. Su decisión es también una invitación a seguirlo, a orar y estudiar en este Año de Fe.
Pongamos atención a su mensaje final:
Queridos hermanos y hermanas, esta Palabra de Dios la siento de modo particular dirigida a mí, en este momento de mi vida. El Señor me llama a “subir al monte”, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, es más, si Dios me pide esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma entrega y el mismo amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de modo más apto a mi edad y a mis fuerzas. Invoquemos la intercesión de la Virgen María, que ella nos ayude a todos a seguir siempre al Señor Jesús, en la oración y en la caridad activa.
Que así sea.