Bioy Casares había cenado conmigo esa noche y nos demoró una vasta polémica sobre la ejecución de una novela in primera persona, cuyo narrador omitiera o desfigurara los hechos e incurriera en diversas contradicciones, que permitieran a unos pocos lectores–a muy pocos lectores–la adivinación de una realidad atroz o banal. Desde el fondo remoto del corredor, el espejo nos acechaba. Descubrimos (en la alta noche ese descubrimiento es inevitable) que los espejos tienen algo monstruoso. Entonces Bioy Casares recordó que uno de los heresiarcas de Uqbar había declarado que los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres.
–Jorge Luis Borges, “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”–yes, I’m trying to read Spanish for the first time in at least ten years.


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